De Como Perdí la Fé.

Cuando llegué a vivir al estado en el que vivo, alguien me dijo que el Condado vecino estaba buscando intérpretes con experiencia en el área médica, rápidito metí mi aplicación y luego, luego me llamaron para una entrevista. Cuando fuí me dieron una hoja con la descripción del trabajo, me hicieron una prueba de inglés y word y me ofrecieron en ese momento el trabajo. Cuando me presenté el primer día, tenía yo la impresión que iva a trabajar como recepcionista en la clínica infantil, pero cual sería mi sopresa de que no, que iva a trabajar con las Trabadoras Sociales como interprete, haciendo visitas a casa con ellas. Bueno, pensé, tratemos, tal vez sea interesante. Me dieron mi orentación me familiarice con los programas y ya estaba lista para hacer mi primera visita.

Antes de llegar a la casa de la cliente, Eustaquia (la Trabajadora Social) me dió un pequeño resumen de la situación de esta familia, madre soltera con tres hijos, sin trabajo, poco apoyo familiar y social, analfabeta y decía que las otras intérpretes tenían mala voluntad en contra de ella y me dijo que fuera amable con ella. Llegamos, hicimos el proceso de la visita, sus dos pequeños tenían atraso en su desarrollo en general, pero no porque estuvieran enfermos, sino porque la mamá no estimulaba el desarrollo de sus hijos; soy muy observadora y ví muchas cosas que no me gustaron e inmediatamente me dí una idea de la clase de persona que esta señora era. Esta persona empezó hablar mal de mis compañeras de trabajo conmigo, pero yo traté de no prestarle atención y enfocarnos a lo que ivamos. La verdad si estaba yo molesta, pensé en ese momento que estos niños se merecían algo mejor. Cuando salimos de la visita, la verdad yo echaba chispas y Eustaquia me regaño, me dijo "No te enojes porque vas a ver muchos casos así, tu trabajo es ayudarla en lo que puedas y no criticar" Mi respuesta, "No, ese es tu trabajo, yo solo soy una intérprete, por lo tanto tengo derecho a formar mi propio criterio y si yo fuera tú me andaría con cuidado con esta, tengo el presentimiento que esta te va a meter en problemas" y mi profesía se cumplió, pero Eustaquia tenía razón en cuanto a los casos que tendríamos.

Por ese entonces mi marido y yo deseabamos empezar una familia, pero no se había podido y estabamos viendo con un especialista, pero nada que la cigueña se apareciera por la casa. Un día que tuve mi cita con el especialista, me dijo que no tenía idea del porque no podía embarazarme y me dijo que mi única solución era in vitro. En ese momento sentí que me tiraban un blade de agua fría y salí llorando de ahí.

Conforme pasaban los días y me familearizaba más con las clientas, más frustrada me sentía porque estas mujeres viviendo en condiciones casi paupérrimas, echaban hijos como conejas y yo nada de nada. Yo me decía "Porqué ellas y yo no? ellas no tienen nada que ofrecer a un bebé, yo sí, casa estable, matrimonio sólido, porqué Señor?

Renegué muchas veces en contra de Dios hasta llegue a dudar de la existencia de Dios y aún más cuando me involucré con el Sistema de Protección al menor como madre substituta y escuchaba casos de abuso infantil y volvía a los mismo "Porque esos padres y madres que maltratan a sus hijos y yo no?" Estuve muchos años sintiendome así.

Ultimamente me ha dado por orar y hacer las paces con Dios, si le estoy muy agradecida por mandarme al Querubín, pero me está costando trabajo reavivar mi fé. Alguien tiene la receta?