Una Relación de Amor y Odio. (Ahora si)

Nací y crecí en una ciudad grande, soy chilanga a mucho orgullo, y la verdad vivir en la "fast lane" como dicen los gringos, siempre me gustó, después cuando emigré a los USA, también vine a  vivir en una ciudad grande, Washington, D.C.  una ciudad cosmopolita, con un montón de cosas por ver,  hacer y seguir viviendo en la "fast lane".   Nunca experimenté eso que le llaman cultural shock.

Cuando todavía estaba soltera, la mayoría de mis amigos y amigas emperezaron a emigrar para otros estados, algunos ya casado otros todavía solteros, pensaba yo que allí me quedaría para siempre, yo nunca pensé en irme a otro lugar a vivir, si acaso NY, pero como dice el dicho "el hombre propone y Dios dispone" conocí a mi marido cuando el estaba estacado allí.  A los tres meses de casados fue cuando nos dijeron que teníamos que movernos, había tres opciones, Dakota del Norte, Arizona y Carolina del Norte; la verdad yo hubiera preferido irme a otro país para conocer otra cultura y aprender otro idioma, pero no y al mismo tiempo no quería alejarme de mi familia, entonces elegimos Carolina del Norte y decidimos ir a visitar lo que sería nuestro próximo hogar, ya que solo eran cuatro horas de viaje en coche.   Ay, ay, ay,  lo que ví no me gustó nadita, esta es una ciudad pequeña y solo pensé "Ni maiz que me vengo para acá, divorcio seguro" habladora de mí.      El día que los movers viniron a empacar todo a mi casa, lloré,  no quería irme, en DC estaba mi familia, mis amigos y el trabajo de mis sueños.   A la semana de eso, pues acabamos de empacar con lo que nos habíamos quedado y emprendimos nuestro viaje, mi marido en su coche y yo en el mío.    Lo único chistoso que recuerdo de eso, fue que como a 30 minutos de llegar al pueblo en un camino rural, vi a lo lejos algo raro en medio de la carretera y mi marido empezo a disminuir la velocidad, ya hasta que estuvimos cerca nos dimos cuenta de que era una avestruz!  wow! como mi marido tenía la ventana de su carro abierta, el animalito trataba de meter la cabeza dentro. Fue chistosisimo!

Ya llegados al pueblo, nos instalamos en el hotelito de la base y al otro día mi marido se reportó a su unidad y yo sola, tristeando y desde alli empezé con la eterna depre.  Me daba miedo salir de la base porque me habían dicho que había mucho grupos racistas activos y recién habían matado un soldado afroamericano en  Fort Bragg.  Vivimos en la base como por seis meses y después no compramos nuestra casa que está un poco alejada de la civilización de allí fue que empezé a trabajar en el Departamento de Salud del condado vecino, y allí si fue que experimenté un gran shock cultural,  aquí es todo y todos es diferente comparado a DC, para empezar el acento, no podía yo entender ni mai, ví también la otra cara de los USA, la extrema pobreza en que algunos americanos viven, la mentalidad que tienen aquí; eso si muy cristianos, pero como les encanta el chisme! Son amables, pero si eres fuereño no eres aceptado abiertamente, las clases sociales son muy importantes aquí, mucho elitismo.  A como soy yo, la verdad que ya me andaba por irme de aquí.  Por eso cuando mi marido se retiró de la USAF, decidimos que nos iríamos de regreso para DC.

Un día que iva para DC y estabamos en plena primavera, mientras manejaba y los campos llenos de flores, todo verde y las vacas y borregos pastando, me dí cuenta que  iva a extrañar todo eso, iva a extrañar el salir al jardín de mi casa y ver mariposas y pájaros de todos colores, iva extrañar ver aguilas y halcones volando y los buitres comiendo a lado de la carretera, iva a extrañar ver las zorritas corriendo hacia la maleza, iva a extrañar sentarme en mi porche en las noches, ver el cielo y una que otra estrella fugaz,  iva a extrañar la barbeque de aquí, iiva a extrañar mi trabajo que tantas satisfacciones me ha dado y ese día lloré también.    

No sé si fue para bien o mal, pero debido a la recesión que estamos viviendo, nuestro plan se nos vino abajo y aquí seguimos, a veces quiero todavía regresarme a DC, los días que estuvieron enterrados en la nieve, no sabía si reir porque no estaba allá o llorar porque no estaba allá, pero como dice mi suegris, "Home is where your heart is"  Tu hogar es donde tu corazón está.  Y aunque la adaptación me ha costado mucho a pesar de ser ya casí diez años, aquí seguimos, Goldsboro, NC.