El Fetichista

Cuando recién llegue al pueblo donde actualmente resido, el único trabajo que pude encontrar fue como recepcionista un Spa donde supuestamente era el Spa de la flor y nata de este pueblo bicicletero.  Cabe mencionar que eso fue ya casi diez años y 30 libras menos.  No es por nada, pero no cantaba yo tan mal las rancheras en ese entonces (que modesta soy, verdad?).

La estilista que era la mejor del salón había decidido regresar a su ciudad natal y tuve que llamar a todas sus clientas para avisarles y cancelar sus citas puesto que esta muchacha tenía casi dos meses llenos y se iva en menos que eso.      Al día siguiente, el esposo de una de las clientas llamó  para hacer una cita antes de que la estilista se fuera y afortunadamente para él, Allison decidió tomarlo para cortarle el cabello.   El dicho hombre tenía una cara de bobo que no podía con ella, pero a mi ni me vino ni me fue, pero lo que si note era que el hombrecito no me quitaba la vista de encima, para cualquier parte del salón que iva yo,  él me seguia con la mirada; no era una mirada lasciva, pero sí muy insistente y me puso un poco incomoda.
Al momento de pagar, John, ese es su nombre, me pregunta el mío y me dice que tengo una excelente figura, yo toda ruborizada le digo que gracias, pero no paro ahí la cosa, me dice "Pero tus piés, tienes los piés más hermoso que haya visto jamas 0_0.  El anillo que traes es una mariposa, verdad?"   Yo toda sorprendida porque lo que menos esperaba era que alguien elogiara mis piés y aparte que el anillito que traía en el dedo del pié era en efecto era una mariposa, pero chiquitita, no entiendo como fué que la pudo ver a la distancia;   le contesto que si y me pregunta que si la puede ver de cerca, yo sin saber que decir porque todas las miradas estaban concentrada en nosotros, solo atiné a poner mis pié en el escritorio y John empieza a cariciarmelo, OMG,  estaba yo como en shock sin saber que hacer,  cuando finalmente se sintió satisfecho creo yo , solo pagó y se fue.    Las burlas que tuve que soportar los siguientes dias! 

El regreso otra vez, pero tomé la precaución de ponerme un par de tenis para evitar que me quisiera tocar los piés otra vez, solo me dijo que era una lástima que trajera esos tenis porque tenía piés bonitos  y debería mostrarlos, fetichista!    Hoy en día ya no trabajo en ese salón, pero en un pueblo como este no es dificil tropezarte con algún conocido y las veces que me he encontrado con John, él solo me sonríe de lejos.