Las "Delicias" del Cáncer (Un post largo)

Nótese que estoy hablando con ironía.  Gracias a Dios ya estoy de regreso en el trabajo, cada día que pasa voy recuperando mi energía y me estoy tranformando de regreso en mi antigua yo, esperando pasar este periodo amargo de mi vida y deseando oir buenas noticias en Septiembre que me toca ir a ver al endocrinòlogo.

A pesar de que uní a un grupo de apoyo en la red, nada, pero nada me preparo por lo que iva a psar después de dejar de tomar la medicina.  Mi intención era trabajar toda semana antes de mi radiación, pero la fatiga ya era demasiado, estabamos en una junta y tener la cabeza en alto ya era casi imposible y mucho menos mantener despierta y lo peor de todo no contener mis lágrima de frustración porque estaba yo tratando de seguir y era como haber perdido el control sobre mi propio cuerpo.  Mi compañera de trabajo Micaela tratò de consolarme diciéndome que eso no la hacía verme débil ante sus ojos sino lo contrario, porque era testigo de como estaba yo tratando de hacerme la fuerte, pero ya había llegado al límite de mis fuerzas y no tuve más remedio que irme a mi casa, no sin antes de traerme trabajo a la casa que tontamente pensé que iva poder hacer.  

Manejé a casa como pude para llegar a azotarme en en sillón, traté de descansar, pero como a las dos horas me llamaron de la guardería para decirme que el Querubín se había golpeado con una mesa y se había abierto una ceja y que necesitaría puntadas,  sacando fuerzas de no sé donde y con una rabia fui a recoger a mi muchachito para llevarlo a la oficina del doctor, porque cuando más necesito de mi marido nunca puedo localizarlo, snif.   Cuatro puntadas después nos regresamos para la casa y me fui directo a mi cama para no levantarme más lo que quedaba de la semana hasta el Lunes.  Nada de apetito, como que hasta perdí la sed, lo único que quería era dormir, dormir y dormir y un frío espantoso; no lo podía creer porque afuera el clima estaba a 98 grados farenheit y dentro de la casa 78, pero yo me estaba muriendo del frío con tres cobijas, calcetines y mis jamis. 

Llego el Lunes y mi marido y mi mamá me llevaron al hospital para mi primera dosis de radiación , necesitaba ayuda para caminar, era como si hubiera corrido un maraton cargando un elefante en mi espalda.   Me dieron una dosis pequeña de radiación y me dijeron que tomara mis precauciones respecto a estar cerca de Querubín y mujeres embarazadas, tenía que regresar al día siguiente para hacerme un scan.  Llegando a casa, mi marido y el Querubín tomaron la maleta que yo había preparado con anticipación para que se fueran a ver a su mamá y nos quedamos mi mamá y yo solas,  traté de trabajar, pero el bolígrafo me pesaba como 100 kilos y mejor lo deje por la paz.  El Martes solo fui por un scan y mi vecina me llevó, ya el Miércoles me hicieron otros scan y me dieron la pildora teraupéutica, informándome de los efecto secundarios y riesgos; como preferí enfrentar los efectos y riesgos a perder la vida, con una oración a Dios y toda la fe del mundo me la tomé.

Nótese como viene envuelta

 Píldora Radiactiva.

El Técnico para nada que la toca con las manos a pesar de que trae guantes.  Mi mente pequeñita no alcanza a comprender que yo pueda ingerir radioactividad y al mismo pueda dañar a la gente alrededor, se me indicó qe los próximo tres días tendría que estar en aislamiento total con un mínimo contacto con familia, nada de contacto con mi bebé en los siguientes siete días.   Tres duchas diarias, tomar mucha agua y tener la máxima higiene a mi alrededor, lavar mi ropa tres veces, etc, etc., pero no era necesario que me dijeran eso, porque otra vez me fui directo a mi camita; los libros y películas que había sacado de la biblioteca se quedaron alli nomás porque lo único que hice fue dormir.   

El Miércoles por la noche mi cara estaba super hinchada, la radiación hizo que mi quijada y cuello se hinchara más todavía, mis glándulas salivares super hinchadas y dolorosas, mi lengua se sentía que no cabía dentro de mi boca y eso hizo que tuviera dificultad para hablar y masticar, pero ni hambre tenía de todos modos.  Mi marido regresó el Jueves por la noche y lo primero que me dijo cuando me vió fue que me parecía a Steven Segal y de allí no paró de chiflar con lo mismo, "Así te pareces a Steven Segal" y "Así te pareces a Steven Segal"  ay, querido que bien chinas tienes las pestañas, hasta que me cansé y le dije "Pues si sigues fregando con lo mismo, entonces te voy a agarrar de chifladazos como Steven Segal"

Mi marido haciéndose el chistosito

Ya el Sábado después del medio día podía salir del cuarto, pero yo no me sentía con el ánimo y me marido me hizo levantarme para que caminara un poco para evitar la formación de un coágulo en mis piernas y para que comiera y solo me comí un plátano.

Mi intención era regresar el Lunes a trabajar, pero todavía no me sentía bien y me quedé en casa y el Martes tuve que ir de regreso al hospital para más scans.   Regresé a trabajar el Miércoles a la oficina, pero un incidente desagradable que ya les contaré en un siguiente post hizo que me regresara a trabajar  en casa. 

Todavía hay Micky para más pésele a quien le pese.  Por lo pronto estoy contenta de tener mi energía de vuelta y sentirme mejor cada día.