Sentimientos

Como es posible que alguien a quien quería y consideraba como una buena amiga ahora no la pueda ver ni en pintura, el solo oir su voz hace que me den náusea; si estoy hablando de la persona de este y de este otro.   Esta amistad ya no tiene remedio.  Nunca pensé que una mujer adulta que se considera la versión femenina de Juan Camaney se comporte como niña del High School que es el equivalente a la prepa y sus derivados.

Como mencioné una vez, ella no respeta los límites de otras personas.  Ella tenía un perro y un día que iva ella manejando por los caminos rurales vió un sembradío de camotes y decidió que pararía a arrancar los camotes que alguién más sembró y también a que el perro estirara las patas y literalmente eso fue lo que pasó;  al abrir ella la puerta de su carro, el perro en vez de correr hacía el sembradío, corrio hacía el pavimento en el preciso momento que un carro iva pasando y le pegó al perro.   Al día siguiente llego ella llorando a la oficina, vestida de negro y renegando de que porque Dios la castigaba, yo tenía ganas de decirle "Y todavía lo preguntas?  Tu ivas a robar, no importa si estaban en el campo o en la tienda, esos camotes pertenecen a alguien"  pero como en boca cerrada no entran moscas, no dije nada.

Desde que nos dejamos de hablar ella trae una actitud verdaderament hóstil hacia mí,  a mi solo me da risa, la verdad no sé cual es su pedo o su ardor, pero su actitud es verdaderamente infantil.   Por ejemplo antes que nos pelearamos fuimos al mercado de los granjeros e hice amistad con uno y le comenté que nosotros nos comíamos las flor de calabaza y que cuando cosechara me vendiera unas y me dio que sí que las iva a regalar, fui al mercado y  mi amigo el granjero me dijo que tenía unas flores para mí, pero que las había olvidado y que pasaría a dejarmelas al día siguiente a la oficina y que le había dicho a Noelia que me diera el recado;  al otro día llega el granjero con una bolsa de plástico con las flores y me las da.  Me fui a sentar mi escrito y estaba debantiendo conmigo misma si compartirlas con ella o no, cuando otras de las compañera viene y me dice que Noelia quiere sus flores, que el granjero se las había prometido a ella, como yo no estoy muerta de hambre se las dí todas, tengo cosas más importantes en que preocuparme. 

Hay veces que sí me dan ganas de gritarle todas sus verdades, le aguanté mucho por mensa, pero ya no más.